sábado, 6 de octubre de 2012

DE LA CRÓNICA DE BELEN


Emprendimos una clase más de psicodrama, esta vez sin la presencia de Ale, Pablo y Romí y Fede. Conocimos la voz nueva que surgió de Juan… En fin luego de la parte teórica y del break, comenzamos con el caldeamiento del cual no recuerdo mucho…
Sé que próximo a eso debimos escoger una pareja, en mi caso fue Martin primero empezamos a seguir e imitar la caminata del otro manteniéndonos próximos, sin dejar mucho espacio entre uno y  otro, como si fuéramos la sombra. Luego lo hicimos a viceversa, y a eso le agregamos un “ch, chh” donde el que dirigía el camino debía frenarse unos instantes, y luego proseguir. Me resultaba cómodo seguir aMartin, pero una vez que él me seguía a mi me sentía realmente perseguida, como si tuviese algo grande atrás, del cual no te podes deshacer, del cual solo podes ver una sombra y era  mas desagradable aun  el hecho de que te detengan y no poder avanzar, una sensación de opresión muy grande, donde debías detenerte y esperar para poder seguir adelante. Al terminar el ejercicio Juan dice: que me quede en el escenario.
Llego la hora de trabajar mi escenario vacío. Se acercó Valeria me preguntó a quien vi allí, y respondí que a una amiga, comenzamos con el trabajo elegí a Anahí para remotar la escena, pero no me salió decir lo que realmente sucedía, la escena carecía de todo  sentido. Ahí, es cuando intervino Juan diciendo que eso no tenia sentido. Comenzamos a sacar  cada capa de polvo que había sido guardado y comencé a decir lo que otras veces caye pero esta vez frente a Camila como “mama” y a Damián como “papa”. Me sorprendió ver que no había quedado atrás todo eso, ya que yo creía que ya no había secuelas de aquello, hasta había llegado a convencerme que eso era parte del pasado y ya no tenía nada que ver conmigo. Creía que ya no ocultaba y que si lo hacia era para no lastimarlos, para conformarlos y para que se me haga mas fácil todo. Pero no, poco a poco fue saliendo de otra manera aquello que se guardo una vez, fui expresándolo de diferentes maneras. Cuando terminó, pude respirar hondo, aunque me costó bastante tiempo poder calmar esa angustia.
Al terminar la clase retomé mi vida diaria, y ahí comencé a ver que creía falsamente que eso había pasado, entonces se puede decir que a partir de ahí empecé a ser y decir aquello que soy y que espero de mi, prevaleciendo que es lo que aspiro y no lo que esperan de mi.
Luego pasó Cami,  y con ella reapareció nuevamente lo que “no se dice”. Comenzó con el ejercicio de la caminata, y esta vez la seguían mama Martin y papa Alicia. Luego empezaron a tirar de ella, hasta que finalmente puedo salir de eso.
Para terminar y para los que no vinieron estaría bueno compartir que lo característico de esta clase fue que participamos todos del escenario vacío, y que además del parecido entre las escenas, que no estaba planeado, Camila y yo hoy volvemos a leer una vez mas juntas la crónica…

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