sábado, 15 de septiembre de 2012

DE LA CRÓNICA DE PABLO


Casi dos semanas después solo puedo escribir sobre lo que recuerdo y, como de costumbre, tengo memoria de pez (O al menos eso me hago creer). Dicen constantemente en psicodrama que me refiero constantemente (repite) a la vida submarina, así que aquí los deleito una vez más con la razón. Aún yo sin saber nada sobre las memorias de los peces. De todos modos intentaré plasmar algo de ello en estos párrafos.
Puedo no omitir parte y no recordar otra de este comienzo de encuentro, pero algo espectacular era que Juan había vuelto a las clases, se lo veía muy fuerte y expresando entre sonrisas intercaladas esa felicidad cuasi contagiosa que suele tener él.
Pasamos a tomar mates y charlar bastante sobre lo vivido por cada uno en el último encuentro. Fue muy lindo presenciar eso. Especialmente por lo vivido por los protagonistas en esas semanas. Puede que hayamos leído un texto, comido galletitas, pero casi seguro que no bailamos el vals (?).
En el descanso, también denominado (y tal vez poco resonante con mi manera de hablar) "pis/pucho", salimos a fumar. Ahí le dije algo a Romi, algo que quería decirle aparte sobre lo que yo había interpretado de su dramatización la semana anterior. Hablamos de arte y no fue casual que se apareció Alicia, ya que, como lo dije en ese momento a ambas, las veo bastante similares especialmente en el hecho de que extrañan ese lado artístico/sentimental por el cual no se terminan de jugar.
Uff, a veces me sorprendo demasiado al darme cuenta de que cuando uno habla de algo habla de sí mismo...
Entonces, luego de esa charla solamente bastaron dos notas de flauta japonesa para hacerme ir a paso acelerado hacia adentro. Ahí me sentí sobre unas cajas y me quedé disfrutando de la música.
Juan me contó quienes eran pero supe que no lo iba a recordar, pensé en ir a anotarlo pero realmente no quería irme de esa habitación. Era muy relajante.
Para el caldeamiento empezamos con la técnica de espejo y me tocó con Damián. Creo que nos entendíamos muy bien, lo podía seguir y él a mí. Inclusive hacerlo a la vez. No es casual que también le haya tocado a Alicia y a Romi juntas XD.
Luego del caldeamiento le tocó pasar a Damián y enfrentar su dramatización. Habló de su situación en su ambiente familiar,. Su lucha por una independencia que en su mente quería pero no lograba. Unos padres dependientes de él que lo llevaban a depender de ellos. Una y otra vez me sentía identificado con su dramatización, ya que yo logré empezar el camino a la autodependencia hace relativamente poco, a principios del 2011. Sentí que él tenía una similar situación a la mía en aquel momento.
Lo que se habló fue perfectamente visualizado en la sesión. Lo mantenían en el mismo lugar, no dejándolo avanzar hacia sus sueños. Los padres aplicaban un esfuerzo enorme para evitarlo y él en cierto modo temía a hacerles daño. Por eso mismo su ruta de escape era otra.
Él quería volver a un momento feliz de su infancia, a sus 12 años. Tuvo la oportunidad de volver y una vez allí creo que se dio cuenta de que eso en realidad no era tan perfecto como imaginaba. Ya no.
Finalmente dio el primer paso que fue liberarse de esas ataduras en la dramatización y sentir que puede seguir sus deseos y controlar su propia vida.
Luego me ha tocado a mí, reviví algunos momentos fuertes de mi vida. Como por ejemplo el del episodio de mi madre, y mi imposibilidad de escuchar una respuesta de su parte durante él. Hacía rato que no lo revivía y ha sido dramatizado. Esta vez si obtuve respuestas, me di cuenta de que por mas respuestas que conseguía ese no era el punto, el punto era que por dentro me sentía aterrado y aunque se generaba dialogo no sabía que decir....
Conté también mi episodio, cuasi-copia de lo que "aprendí" con lo vivido. Me costó decirlo y lágrimas me salían de los ojos.
Pensar que a veces pienso que puedo salvar al planeta y ni siquiera me podía salvar a mi de presiones de mi propia familia.
Por suerte esto lo concienticé el año pasado y ya estoy en una etapa de cambio al respecto, con muchos resultados positivos.
Dramaticé el momento "de mi corte" y la voz de mi mente fue Belén. La odié. A esa voz, no a ella jajaja. Nunca paró de hablar y me estaba volviendo loco.
"Quería contar y me ahogaba, eso me pasaba. No soportarla preguntando, explicar a mi mente algo y que ya me cuestione en medio de la frase. Sin dejarme decirme otras cosas o terminar frases o párrafos  Contaminación de mi mente por mi mente"
Me di cuenta que lo que quería matar no era a mi persona, sino a esa voz que me recriminaba mi débil capacidad de resolver conflictos debido a mi fuerte lazo, casi sumiso, ante lo que dictaban mis padres. La voz, el mandato, la soga que ata al esclavo a su prisión, a su rey.
El corte infligido en mi cuerpo y todas las energías que utilicé en ese momento eran para cortar esa soga, pero por temor y desconocimiento a lo que me iba a encontrar no pude hacerlo. Y fue tanta la presión que decidí dar ese mensaje de corte, ese mensaje sobre mi cuerpo.
Aún situado sobre esta dramatización se pusieron mis padres a mis espaldas (Madre Alicia y padre Anahí) y hablaban de mí, no dejándome pensar claramente. Tenía 3 voces que se juntaban en mi cabeza ahora, perdiendo yo el control sobre lo que realmente quería decir.
Fue un momento muy bien representado de mi pasado ahora que lo pienso, aunque en el momento no lo creí así.
Solo siendo consciente de estas cosas pude crear un avance, una armonía conmigo mismo y una postura ante los demás.
Fue intensa esa clase. Terminamos dando una devolución en ronda, casi que no podía empezar a hablar y no sabía porque. Pero, como de costumbre para mí, el escribir ayudó a poner en claro lo que sentí.

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