Casi dos
semanas después solo puedo escribir sobre lo que recuerdo y, como de costumbre,
tengo memoria de pez (O al menos eso me hago creer). Dicen constantemente en
psicodrama que me refiero constantemente (repite) a la vida submarina, así que
aquí los deleito una vez más con la razón. Aún yo sin saber nada sobre las
memorias de los peces. De todos modos intentaré plasmar algo de ello en estos
párrafos.
Puedo no
omitir parte y no recordar otra de este comienzo de encuentro, pero algo
espectacular era que Juan había vuelto a las clases, se lo veía muy fuerte y
expresando entre sonrisas intercaladas esa felicidad cuasi contagiosa que suele
tener él.
Pasamos a
tomar mates y charlar bastante sobre lo vivido por cada uno en el último
encuentro. Fue muy lindo presenciar eso. Especialmente por lo vivido por los protagonistas
en esas semanas. Puede que hayamos leído un texto, comido galletitas, pero casi
seguro que no bailamos el vals (?).
En el
descanso, también denominado (y tal vez poco resonante con mi manera de hablar)
"pis/pucho", salimos a fumar. Ahí le dije algo a Romi, algo que
quería decirle aparte sobre lo que yo había interpretado de su dramatización la
semana anterior. Hablamos de arte y no fue casual que se apareció Alicia, ya
que, como lo dije en ese momento a ambas, las veo bastante similares especialmente
en el hecho de que extrañan ese lado artístico/sentimental por el cual no se
terminan de jugar.
Uff, a
veces me sorprendo demasiado al darme cuenta de que cuando uno habla de algo
habla de sí mismo...
Entonces,
luego de esa charla solamente bastaron dos notas de flauta japonesa para
hacerme ir a paso acelerado hacia adentro. Ahí me sentí sobre unas cajas y me
quedé disfrutando de la música.
Juan me
contó quienes eran pero supe que no lo iba a recordar, pensé en ir a anotarlo
pero realmente no quería irme de esa habitación. Era muy relajante.
Para el
caldeamiento empezamos con la técnica de espejo y me tocó con Damián. Creo que
nos entendíamos muy bien, lo podía seguir y él a mí. Inclusive hacerlo a la
vez. No es casual que también le haya tocado a Alicia y a Romi juntas XD.
Luego del
caldeamiento le tocó pasar a Damián y enfrentar su dramatización. Habló de su
situación en su ambiente familiar,. Su lucha por una independencia que en su
mente quería pero no lograba. Unos padres dependientes de él que lo llevaban a
depender de ellos. Una y otra vez me sentía identificado con su dramatización,
ya que yo logré empezar el camino a la autodependencia hace relativamente poco,
a principios del 2011. Sentí que él tenía una similar situación a la mía en aquel
momento.
Lo que se
habló fue perfectamente visualizado en la sesión. Lo mantenían en el mismo
lugar, no dejándolo avanzar hacia sus sueños. Los padres aplicaban un esfuerzo
enorme para evitarlo y él en cierto modo temía a hacerles daño. Por eso mismo
su ruta de escape era otra.
Él quería
volver a un momento feliz de su infancia, a sus 12 años. Tuvo la oportunidad de
volver y una vez allí creo que se dio cuenta de que eso en realidad no era tan
perfecto como imaginaba. Ya no.
Finalmente
dio el primer paso que fue liberarse de esas ataduras en la dramatización y
sentir que puede seguir sus deseos y controlar su propia vida.
Luego me
ha tocado a mí, reviví algunos momentos fuertes de mi vida. Como por ejemplo el
del episodio de mi madre, y mi imposibilidad de escuchar una respuesta de su
parte durante él. Hacía rato que no lo revivía y ha sido dramatizado. Esta vez
si obtuve respuestas, me di cuenta de que por mas respuestas que conseguía ese
no era el punto, el punto era que por dentro me sentía aterrado y aunque se
generaba dialogo no sabía que decir....
Conté
también mi episodio, cuasi-copia de lo que "aprendí" con lo vivido.
Me costó decirlo y lágrimas me salían de los ojos.
Pensar
que a veces pienso que puedo salvar al planeta y ni siquiera me podía salvar a
mi de presiones de mi propia familia.
Por
suerte esto lo concienticé el año pasado y ya estoy en una etapa de cambio al
respecto, con muchos resultados positivos.
Dramaticé
el momento "de mi corte" y la voz de mi mente fue Belén. La odié. A
esa voz, no a ella jajaja. Nunca paró de hablar y me estaba volviendo loco.
"Quería
contar y me ahogaba, eso me pasaba. No soportarla preguntando, explicar a mi
mente algo y que ya me cuestione en medio de la frase. Sin dejarme decirme
otras cosas o terminar frases o párrafos
Contaminación de mi mente por mi mente"
Me di
cuenta que lo que quería matar no era a mi persona, sino a esa voz que me
recriminaba mi débil capacidad de resolver conflictos debido a mi fuerte lazo,
casi sumiso, ante lo que dictaban mis padres. La voz, el mandato, la soga que
ata al esclavo a su prisión, a su rey.
El corte
infligido en mi cuerpo y todas las energías que utilicé en ese momento eran
para cortar esa soga, pero por temor y desconocimiento a lo que me iba a
encontrar no pude hacerlo. Y fue tanta la presión que decidí dar ese mensaje de
corte, ese mensaje sobre mi cuerpo.
Aún
situado sobre esta dramatización se pusieron mis padres a mis espaldas (Madre
Alicia y padre Anahí) y hablaban de mí, no dejándome pensar claramente. Tenía 3
voces que se juntaban en mi cabeza ahora, perdiendo yo el control sobre lo que
realmente quería decir.
Fue un
momento muy bien representado de mi pasado ahora que lo pienso, aunque en el
momento no lo creí así.
Solo siendo
consciente de estas cosas pude crear un avance, una armonía conmigo mismo y una
postura ante los demás.
Fue
intensa esa clase. Terminamos dando una devolución en ronda, casi que no podía
empezar a hablar y no sabía porque. Pero, como de costumbre para mí, el
escribir ayudó a poner en claro lo que sentí.
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